Procesos de Aprendizaje
I Ciclo-Diplomado en Teología
Semana del 15-Febrero-2010 al 19-Febrero-2010
Estudiante: William Mauricio de Jesús Calderón Chaves
Lecturas del curso:
Valverde, Juan Carlos (s.f.). La Biblia como texto.
Mesters, Carlos (s.f.). El ABC de la Biblia.
Las ediciones de la Biblia son el resultado del trabajo de un grupo de personas, motivo por el cual siempre existirá alguna intención en particular. Así por ejemplo, algunos pensarán utilizar un lenguaje sencillo y claro para hacer el texto más accesible a cuantos la lean, otros pensarán dirigirla a algún grupo de personas que agradan trabajar con los textos más cercanos a los idiomas originales.
Para los cristianos en general la Biblia es “La palabra de Dios”; sin embargo pueden existir varias formas de verla como tal. Algunos grupos verán la Biblia como algo intocable, invariable, donde no hay error alguno porque Dios mismo no se equivoca. Sin embargo la Biblia está dirigida a los hombres y mujeres a través de otros hombres y mujeres que fueron motivados por Dios para escribir de su experiencia de fe en comunidades concretas.
Al darse esta experiencia de fe encontramos que existen dos movimientos entrelazados en el texto bíblico, uno vertical de Dios hacia el ser humano y otro horizontal de persona a persona. Es por ello que se dan inclinaciones hacia uno u otro movimiento, ya sea porque se acentúa demasiado en el texto el aspecto divino restándole valor a la intervención humana; o por el contrario, el texto se ve reducido a una fuente de información donde se resta toda o alguna acción divina.
En los discursos de las jerarquías religiosas se acentuará el aspecto divino en detrimento de la intervención del factor humano.
Para comprender mejor el texto bíblico es importante recordar que no existen textos originales, sino más bien copias de copias escritos durante siglos por diversos escribas-redactores. Por ello a la hora de traducir el texto y expresar lo que en ellos se deseaba enseñar, es necesario descubrir el medio en el cual vivían.
La Biblia es el conjunto de muchos libros escritos en un período de casi mil años. La palabra tiene su etimología de la palabra griega en singular “biblos” que significa libro, y su diminutivo en griego en singular es “biblion”. Es así como la palabra libritos en plural y en diminutivo queda “Biblia” en el idioma griego. En estos libros se relata la historia, la fe, reflexiones, sabiduría y la oración inspirada de un pueblo en la fe hacia un Dios único.
La Biblia surge de la vivencia del pueblo de Israel respecto a su Dios, un pueblo originalmente de emigrantes procedentes de Mesopotamia, actualmente Irak. Son llamados hebreos o judíos y descienden de Abraham, con quién Dios hizo el pacto de darle descendencia tan grande como el número de estrellas en el cielo. Los primeros padres y fundadores del pueblo son Abraham, Isaac y Jacob, los cuales son llamados patriarcas. Este pueblo se asienta en las tierras conocidas por los cananeos como Canaán, sin embargo el pueblo hebreo hará de estas tierras su nación y la llamará Israel, en la actualidad estas tierras son conocidas como Palestina (tierra de los filisteos).
A lo largo de la historia de Israel, Dios se comunicará con su pueblo, los dirige hacia Egipto por medio de Jacob para que no perezcan ante la hambruna que azotaba la región; luego ante la esclavitud que los faraones ejercieron sobre los pueblos vecinos y contra el pueblo hebreo, Moisés es enviado para liberarlos.
Al morir Moisés, queda Josué como líder del pueblo, al morir Josué el pueblo es liderado por los jueces; siendo Samuel el último de ellos para iniciar de este modo con el período de reyes.
Para verse más fuertes contra sus enemigos, el pueblo desea constituir un rey como lo hacen los demás pueblos. Saúl es el primer rey de la nación; David es el segundo rey y luego Salomón. Al principio las historias del pueblo eran transmitidas de boca en boca, de padres a hijos. Es durante el reinado de Salomón cuando surgen los primeros escritos de la Biblia para narrar sus luchas, sus reflexiones, sus oraciones, sus cantos, su historia.
Al morir el rey Salomón surgió la división de la nación en dos reinos: Norte y Sur.
Dios sigue guiando a su pueblo a través de los profetas, hombres que hablan de parte de Dios para transmitir lo que Dios espera de ellos, para amonestar al pueblo cuando no van por el camino correcto o para animarles a seguir perseverantes frente a la tribulación.
De este modo la Biblia es el reflejo de la interacción de un pueblo con su Dios y de Dios con su pueblo. De tal modo que experimentan esta vivencia a través de la historia, cantos, celebraciones festivas, oraciones, leyes, mandamientos, etc.
La Biblia cristiana se compone de 73 libros y está distribuida en Antiguo Testamento (46 libros) y Nuevo Testamento (27 libros), en el Nuevo Testamento la figura principal es Jesús de Nazareth. En la actualidad no se hace mayor distinción entre biblias católicas o protestantes, sino más bien se distinguen entre científicas o populares.
El Antiguo Testamento (AT) se compone de 46 libros. Existen diversas maneras de clasificar o dividir los libros de la Biblia. La Biblia de Jerusalén los clasifica en: Pentateuco, Libros Históricos, Lírica, Libros Sapienciales o de la Sabiduría y Libros Proféticos.
El Pentateuco, palabra griega que significa 5 libros, también llamados por los judíos como “Torá” que significa “Ley” porque en ellos está presente la Ley de la Antigua Alianza. Estos cinco libros son: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
Los Libros Históricos son 16 libros, donde se narra la historia de Israel y sus líderes.
Los Libros Lírica son 3 libros, están compuestos por los salmos, Cantar de los Cantares y Lamentaciones.
Los Libros Sapienciales o de la Sabiduría son 5 libros, expresan los sentimientos del pueblo y la sabiduría.
Los Libros Proféticos son 17 libros, donde se narra la vida y el mensaje de los profetas.
El Nuevo Testamento (NT) está compuesto por 27 libros. En estos libros se describe la predicación, vida y mensaje de Jesucristo y de la Iglesia naciente. Es en estos libros donde se confirma la Nueva Alianza pactada en Jesús mismo; el Hijo de Dios. Se muestra a un Dios lleno de amor y misericordioso que brinda el perdón de los pecados y que santifica a quienes acepten su mensaje. Para los cristianos, toda la Biblia, Antiguo y Nuevo Testamento, hablan de Jesús; para anunciar su venida (AT) y para confirmar su llegada (NT).
Jesús en realidad no escribió ni mandó a escribir nada y los Apóstoles tampoco lo hicieron de inmediato. Al igual que en el Antiguo Testamento, al principio el mensaje de la Buena Nueva se transmitía a las personas de viva voz. Los Apóstoles empiezan a predicar y a transmitir oralmente las enseñanzas de Jesús. De esta misma prédica se empezaron a escribir resúmenes y los Apóstoles y sus discípulos empezaron a estar en contacto con las comunidades cristianas que surgían a través de cartas o epístolas. Estos escritos son los que 70 años más tarde servirían para la elaboración de los Evangelios.
De estas comunidades de fe en el Jesús resucitado se empiezan a elaborar los 4 Evangelios, cuya palabra significa “Buena Nueva”. En estos Evangelios se narran las palabras y acciones de Jesús, pero tal y como diversas comunidades las reflexionaban. Los cuatro evangelistas ponen por escrito las tradiciones orales transmitidas por los Apóstoles.
Además de los Evangelios, se encuentran los Hechos de los Apóstoles, las cartas de San Pablo, las Epístolas Católicas, y el Apocalipsis.
En los Hechos de los Apóstoles, se narra parte de la vida de los Apóstoles, en especial de Pablo y Pedro, sus actividades, su predicación, la vida de las primeras comunidades cristianas. Se tiene por autor a Lucas, un discípulo cercano al Apóstol.
Las Cartas de San Pablo son en total 14 cartas. Estas cartas son más antiguas que los mismos Evangelios. De estas cartas 9 de ellas van destinadas a comunidades cristianas concretas fundadas por él, las cuales visitaba de vez en cuando para animarles, ayudarles y resolver problemas. Las otras 3 cartas son conocidas como “Cartas Pastorales”, por ir dirigidas específicamente a los dirigentes de las comunidades cristianas. Una carta va dirigida a un discípulo llamado Filemón y la última carta va dirigida a los hebreos en general.
Las Epístolas Católicas no van dirigidas a comunidades concretas ni específicamente a los dirigentes; sino más bien a toda la Iglesia en su conjunto.
El Apocalipsis es atribuido a Juan, cuya palabra significa “Revelación”. Tiene como objetivo manifestar la revelación para mantener la fe los cristianos y animarlos a soportar las tribulaciones y persecuciones, en especial las realizadas por los emperadores romanos Nerón y Domiciano. No anuncia desgracias sino más bien conforta a los cristianos a seguir fieles para así llegar a ser vencedores junto a Cristo.
Debido a lo extenso del texto al ser varios libros reunidos, se dividió internamente el texto del Antiguo Testamento en capítulos y versículos. Esta costumbre es de origen cristiano y hace el texto más factible y rápido de ubicar, logrando obtener una misma referencia en el texto bíblico para quien la lea.
La ciencia encargada del estudio del texto bíblico es la Crítica Textual. Sus objetivos primordiales son la reconstrucción de la historia de la transmisión del texto de la Biblia y además la reconstrucción del texto en su estado original o la más cercana posible a los autógrafos.
La ciencia encargada del estudio del texto bíblico es la Crítica Textual. Sus objetivos son dos: reconstruir la historia de la transmisión del texto de la Biblia y la reconstrucción del texto en su estado original o la más cercana posible a los autógrafos. La importancia de esta ciencia se debe a que la escritura en la antigüedad implicaba todo un proceso, tanto en los materiales sobre los que se escribía por su poca durabilidad y difícil manejo, como en las limitaciones en el número de palabras o los múltiples significados y usos que podía adquirir una palabra fuera de su contexto literario y cultural.
Por tal motivo para su conservación era necesario realizar copias tras copia para conservar o actualizar el texto al idioma vigente en cada época, lo cual implicaba inevitablemente errores al tomar dictado por parte de los copistas.
Dentro de las condiciones de transmisión del texto bíblico, el instrumento más importante del crítico es el manejo de las diferentes lenguas en que fueron escritos los textos bíblicos y aquellas en que fue traducido. Por ejemplo, el griego, el hebreo y el arameo en el Antiguo Testamento y el griego en el Nuevo Testamento.
El manejo de estos instrumentos significa estar aún más cerca del “ambiente” o “contexto de escritura”, es decir, entrar en contacto con las palabras, frases y oraciones que reflejan también la cultura y la manera de entender el cosmo.
Los testimonios del texto son muy variados. Se clasifican en testimonios directos e indirectos. Los testimonios directos son aquellos que reproducen el texto íntegra o parcialmente, tales como rollos, leccionarios, ostraca, entre otros. Los testimonios indirectos son aquellos que reproducen fragmentos de la Biblia dentro de las obras literarias, como por ejemplo las citas en los escritos de los Padres.