Procesos de Aprendizaje
I Ciclo-Diplomado en Teología
Semana del 05-Abril-2010 al 09-Abril-2010
Estudiante: William Mauricio de Jesús Calderón Chaves
Lectura del curso:
Madrigal, Víctor (s.f.). Pluralidad en el desarrollo del Cristianismo.
PLURALIDAD EN EL DESARROLLO DEL CRISTIANISMO
La pluralidad de perspectivas y tendencias dentro del cristianismo no es una debilidad, degradación o una amenaza a la unidad sino más bien debe ser visto como una riqueza.
Las diferentes formas de cristianismo heterodoxo fueron vistas con sospecha y duramente perseguidos. A los heterodoxos se debía “evitarlos” (Rom. 16,17), no discutir con ellos (1Tim6,4-5); antes debe reprimírseles, llamarlos al orden hasta dos veces, pero luego no se debía tener nada que ver con ellos. (Tito 3,9-10) pues el heterodoxo está poseído por el diablo (2Tim 2,26).
Las cuestiones disputadas se refieren a cual era la verdadera naturaleza de Jesucristo y en consecuencia como es su relación con el Padre. Los principales grupos disidentes que surgieron son: los docetas, adopcionistas y subordinacionistas, monarquistas, sabelianos, modalistas, monofisistas, nestorianos, los judaizantes y ebionitas, elcasaítas, los milenaristas, montanistas, maniqueístas, marcionistas, gnósticos y encratistas.
Mediante el Edicto de Milán del 313, el cristianismo pasó a tener un estatus de tolerancia y legitimidad a la par de otras religiones paganas y se encaminaba a tener el privilegio de ser la religión oficial de Imperio Romano. Este es, a su vez, un periodo de helenización del cristianismo, aunque en realidad la helenización del cristianismo haya comenzado con Paulo de Tarso, quien reinterpretó la vida y misión de Jesús a la luz de una teología de la restauración de Israel, pero al incluir a los paganos formuló una nueva teología de la salvación.
La doctrina de Arrio que se extendió rápidamente se puede sintetizar en los siguientes puntos: a) Dios es único, simple e indiviso, b) no puede haber nada igual a Dios, c) el Hijo no puede ser exactamente igual al Padre, sería como tener dos dioses, d) Dios es la causa de todas las cosas, mientras que su Hijo ha sido eternamente engendrado por el Padre antes de todos los siglos, e) el Logos es criatura, tiene un comienzo, f) hay tres personas o substancias divinas pero un Dios único que es superior a las otras dos personas. Para Arrio, Jesús era un hombre como cualquier otro pero inhabitado por el Logos. A Jesús, en principio, no se le puede llamar Dios. Para hacer tal afirmación se apoyó en textos como el discurso de Pedro en Hechos, 2,32 y 13,3. “a este Jesús lo resucitó Dios… y lo exaltó a la diestra de Dios”.
El Nestorianismo es particularmente interesante pues sus ideas sobrevivieron hasta el presente en lo que se denominan “iglesias nestorianas” afines a otros grupos como los “Cristianos de Santo Tomas” en la costa malabar de la India y ciertas comunidades en Irán. La doctrina de Nestorio básicamente se resume en que en Jesucristo hay dos naturalezas: humana y divina. Hasta aquí no hay problemas. Pero también sostuvo que en Cristo había dos personas, una divina y otra humana unidos en una sola carne. Lo divino, el Logos, habita en la persona humana de Jesús, consecuentemente no hay una efectiva encarnación. Por pensar así, Nestorio fue perseguido. Contrarió, además la piedad popular, al afirmar que María no puede ser llamada “madre de Dios”, sino apenas “madre de la naturaleza humana de Jesús”.
El movimiento de los cristianos valdenses surgió en la ciudad de Lyon, Francia hacia el año 1160. Eran un movimiento laico que no se caracterizó por entablar disputas doctrinales sino por hacer una fuerte crítica al clero y en general a su estilo de vida. Según referencias de la época “sus adherentes viven justamente delante de todos los hombres y creen en todos los artículos del Credo, respetando en todo a Dios: Solamente blasfeman de la Iglesia y del clero romanos; por esto tan grandes multitudes de laicos les prestan atención. Su rigurosidad los llevó a rechazar los sacramentos administrados por los sacerdotes que no seguían una vida apegada al evangelio. En esto se asemejaban a los donatistas. Como un movimiento laico, sus miembros no sólo predicaban sino que administraban los sacramentos del bautismo, la absolución de los pecados, así como la eucaristía, la cual consideraban como una comida en común con la fracción del pan al estilo de las primeras comunidades cristianas según lo relatan los Hechos de los Apóstoles.