Procesos de Aprendizaje
II Ciclo-Diplomado en Teología
Estudiante: William Mauricio de Jesús Calderón Chaves
Lectura del curso:
Teodoro de Balle ¿Qué significa afirmar que Dios habla? En, “Selecciones de Teología” 134 (1995) 102-108, de la publicación original de Andrés Torres Queiruga (1994). Hacia un concepto actual de revelación. Sal Térrea 82.
¿QUÉ SIGNIFICA AFIRMAR QUE DIOS HABLA?
A lo largo de la historia, Dios ha hablado en ocasiones concretas, de modos extraordinarios, a través de personas que ÈL mismo ha elegido para que transmitan lo que ÉL quiere decirnos. ÉL nos revela su mensaje cuando, cuanto y como quiere. De un modo particular lo hizo a través de un grupo elegido a quienes llamó su pueblo, Israel.
Dios se manifiesta desde la misma creación. En el mundo natural Dios se manifiesta a través de las leyes físicas que dan testimonio de su presencia, por medio de su creación; en el mundo humano se manifiesta a través del deseo y de la búsqueda de la libertad, en las llamadas al bien y a la justicia.
A lo largo del tiempo, Dios nos muestra su designio salvador, de acuerdo con las distintas circunstancias y a través de todos los medios. De este modo, lucha con nuestra propia ignorancia y sencillez, nuestros malentendidos y limitaciones, para ir entregándose y manifestándose conforme nuestra capacidad de percepción se lo permite. Es la misma humanidad quien limita a Dios para manifestarse tal cual es y que por nuestras propias limitaciones no logra entregarnos toda la revelación de un modo único, sino que Dios por amor a nosotros, se ajusta a nuestro ritmo en el tiempo para ir descubriéndose a sí mismo ante nosotros y revelarnos el camino de la salvación.
Desde el comienzo de la humanidad Dios toma la iniciativa para darse a conocer valiéndose por todos los medios en cuanto las circunstancias y las posibilidades culturales lo permiten. Estas aparentes limitaciones no son productos de un poder limitado por parte de Dios, sino que Él mismo respeta nuestra libertad como criaturas y desea que dicho encuentro sea libre y motivado como una respuesta de nuestra parte por el mismo amor de acercarnos a Él así como Él desea acercarse a nosotros. Porque Dios ama a su creación desea que todos nos salvemos y que le conozcamos como respuesta amorosa a su llamada. En este sentido, todas las religiones reflejan el resultado de esa presencia de Dios, de su encuentro amoroso con la humanidad y de esa búsqueda del ser humano con lo divino, aunque de manera provisional y limitada, a través de deformaciones, abusos o perversiones por nuestra parte. Por esto, cuando culmina en Cristo, la revelación se hace universal. De ahí la enorme importancia del diálogo entre las religiones.
La Biblia nació precisamente del descubrimiento de Dios en la vida de un pueblo y de la sucesiva comprensión de su modo de relacionarse con los seres humanos y de las actitudes que en ellos suscita. Sólo de eso habla la Biblia. La Biblia, lejos de ser algo aislado, debe vivificar nuestra experiencia y mantener actual la vivencia de la revelación. La vida religiosa auténtica no consiste en "vivir de memoria" de una revelación pasada, sino un vivir actual desde un Dios que se revela ahora. La revelación como descubrimiento culminó en Cristo, pero eso no significa que la revelación haya acabado. Sin la Biblia es muy probable que el cristianismo se hubiera extraviado en el marasmo de la crisis histórica.