Reflexiones Generales (Año 2010)

Teología Latino-occidental

En la cultura latina occidental, lo que aconteció en el siglo IV ha dejado huellas palpables. Fue en este siglo que la Iglesia experimentó en las provincias de habla latina, en África, Galia (actualmente Francia) e Italia, un gran desarrollo interno y la proyección de su influencia en la totalidad.

l        En Occidente, el desarrollo de la Iglesia en las últimas décadas del siglo IV y en las primeras décadas del siglo V, debe ser visto no tanto como algo pasado sino como un tiempo generador.

−      Ese desarrollo desbordó los límites cronológicos por cuanto marcó profundamente las instituciones de gobierno, la ética, la espiritualidad y la teología occidental.

−      Esa etapa dejó una herencia que se ha convertido en el denominador común que caracteriza a todos los países de Occidente, por ello, debe entenderse más como un tiempo sociológico que como un tiempo cronológico.

l        Comparada con las iglesias en Oriente, la Iglesia en las provincias occidentales del Imperio, hasta el siglo IV, no había logrado un desarrollo propio y dependía en gran parte de lo acontecía en Oriente.

l        A partir del siglo IV, el Occidente Latino comienza a desarrollar vigorosamente rasgos propios y diferentes de aquellos que prevalecían en Egipto, Capadocia, Antioquía y Siria.

l        Surge una práctica de la fe y una teología que a menudo va a contrastar con la de los egipcios, los griegos y los sirios.

−      Un aspecto a destacar es que son personas que vienen de la clase alta cristiana las que van a ser las gestoras del desarrollo en cuestión.

−      Un rasgo peculiar de esa clase en Italia es que era muy conservadora, apegada a las tradiciones romanas, y muy poco catequizada.           

l        El cristianismo occidental se caracteriza por su convicción profunda de que los seres humanos hemos sido creados para abrazar el mundo material y para involucrarnos en la historia.

−      No cabe, en esta perspectiva, una visión que no le dé importancia a las determinaciones corpóreas.

−      Si el cuerpo es el medio por el cual el cristiano actúa en la historia, este cuerpo tiene que ser apreciado, cuidado y querido.

−      El cuido y la disciplina que se le den al cuerpo están determinados precisamente por el papel que el ser humano ha de tener en la historia.

−      Esta perspectiva del cuerpo va a estar influenciada por la tradición griega oriental que tiende a desligar la dimensión espiritual del ser humano de lo corpóreo. De modo que las manifestaciones de energía biológica, especialmente la sexualidad, ya no van a ser vistas en Occidente con la visión optimista de las tradiciones paganas previas, en las que se les interpretaba como manifestaciones de la energía cósmica que vinculaba a los seres humanos tanto con las fértiles manadas y praderas como con las estrellas luminosas.

l        Para los obispos de Occidente, de la segunda mitad del siglo IV, la causa principal de las acciones escandalosas y pecaminosas es la mezcla de lo animal con lo humano.

l        Para los cristianos occidentales el ocuparse del cuerpo es algo que brota de la necesidad misma de que el ser humano esté controlado por la dimensión dinámica de la voluntad en cuanto principio interno de acción.

l        Se volvió a dar una importancia decisiva a aquella dimensión de "un corazón puro e indiviso" heredada del judaísmo.

−      La perspectiva hebrea de un “corazón puro” se comprendió, por influencia griega, como un “yo” o “alma” espiritual.

l        El cuerpo se fue percibiendo cada vez más como un recuerdo constante de los lazos que nos vinculan con las bestias.

−      Debido a que la sexualidad es donde ese recuerdo con el mundo animal adquiere mayor fuerza, esta atrae la atención de los pensadores cristianos.

−      Su persistencia y carácter privado manifiesta, con más resonancia que otras formas de malicia y astucia humanas, la dimensión penumbrosa que emerge del deseo de auto satisfacción de nuestros corazones.

−      Tal es el poder del deseo sexual que debilita nuestra capacidad de optar por el bien.

−      Los seres humanos somos incapaces, con nuestras propias fuerzas, de controlar las urgencias que brotan de nuestros cuerpos.

−      La experiencia corporal de la sexualidad; tales como la erección, el orgasmo y la consecuente vergüenza instintiva, son la expresión palpable y objetiva de una voluntad quebrantada y dominada por fuerzas que la tiranizan.

−      La persistencia y el carácter privado de la sexualidad manifiestan, con más resonancia que otras formas de malicia y astucia humanas, la dimensión penumbrosa que emerge del deseo de auto satisfacción de nuestros corazones.

−      Se pensaba que la capacidad de opción del ser humano está profundamente debilitada, el ser humano es incapaz de controlar las urgencias que brotan de sus propios cuerpos; en esta perspectiva se puede notar su origen urbano pues se evidencia el temor y el desprecio por lo salvaje y lo natural.

l        Se caracteriza por una teología catafática y simbólica, aunque también conserva una tradición apofática para acceder a Dios.

−      “El método catafático o positivo es el que afirma algo de Dios, ya que Dios se ha revelado” (Codina, 1998, pp 33-36).

−      “La postura catafática enfatiza el uso de imágenes y palabras, en especial aquellas que surgen de las sagradas Escrituras, con el fin de transportarnos hacia el misterio de la fe. Afirma que la auto revelación divina ha ocurrido en una historia que alcanzó su punto cúlmine en la persona de Jesucristo. La vida, muerte y resurrección de Jesús es la auto manifestación de Dios en la historia” (Dimarco, 2009).

         En forma de esquema, para Avendaño (s.f.) la teología latina occidental se caracteriza por:

l        La visión centrada en el pecado que tiende a resaltar, en la relación de Cristo con la historia, los planteamientos morales. Lo histórico se ve como enajenado y excluido de la salvación. La relación de Cristo con la historia se ve en forma atomista, se coloca a Cristo de cara al ser humano en cuanto individuo: se desvanece la perspectiva cósmica y solidaria.

l        Frente a Dios es el ser humano esta endeudado. La justificación conlleva el pago de esa deuda de acuerdo con criterios de justicia o con la magnitud de la ofensa.

l        La cruz de Cristo es el medio de restauración de la justicia, pues la magnitud de la ofensa requiere que un ser divino pague la deuda de la que todos los seres humanos son responsables. Desde esta perspectiva se comprende la encarnación. La encarnación se subordina a la redención.

l        La salvación se concibe como la cancelación de una deuda.

Tertuliano (c.150-222) y Cipriano (210-258), ambos vinculados a la iglesia de Cartago, son dos juristas y grandes predecesores de la teología latina, quienes establecieron las pautas teológicas que otros iban a desarrollar mas tarde.

l        Para ellos, la muerte de Cristo en la cruz adquiere un significado de satisfacción y de expiación; Cristo paga por nosotros una deuda que nosotros debemos pagar y, de ese modo, nos redime.

l        La salvación de los seres humanos se vincula más con la muerte expiatoria: "Dios actúa en una forma semejante al ser humano para que este pueda actuar en forma semejante a Dios: "Dios se hace pequeño para que el ser humano se haga grande" (cf. Tertuliano, De Resurrectione Carnis, 3,53).