ESTUDIO 4

LA LIBERACIÓN DE LOS POSESOS:

LA GESTACIÓN DEL SER HUMANO NUEVO

 

 

En este apartado, se brindan respuestas a algunas de las preguntas que se proponen al final de cada sección del texto complementario Estudio con textos sinópticos, del profesor Francisco Mena Oreamuno. Las respuestas acá presentadas están tomadas del mismo libro, por lo que se indica al final del párrafo el número de página del cual se hace referencia.

  

Preguntas de síntesis, análisis y reflexión

 

a. Sistematice el proceso de lectura de los textos que aquí se propone.

 

 

I. Análisis horizontal.

 

1. Definición y pasos que lo componen.

 

A. Es el contraste entre los tres relatos según los narran los evangelistas, trata más específicamente la comparación de un relato con otro.

 

B. Consta de las siguientes partes: Primero la traducción, segundo, la división en frases en torno a un verbo y luego la identificación de secuencias para cerrar con una propuesta de estructura.

 

2. Especificaciones de los pasos del análisis horizontal.

 

A. El primer paso es la traducción literal del texto.

 

a) Esto sólo es posible si la persona domina el griego coiné que es el idioma en que fue escrito el Nuevo Testamento.

 

b) Si esta no es una posibilidad lo siguiente es el uso de una buena versión, preferimos la Biblia de Jerusalén.

 

B. Segundo paso, división o separación en frases en torno a un verbo.

 

C. El tercer paso es la identificación o división en secuencias.

 

a) Es decir, las secciones del relato que señalan momentos de cambio y de tensión, momentos que podrían hacer girar el relato en cualquier dirección. Así, las secuencias son puntos críticos de la narración.

 

D. Identificación literaria de la estructura del relato.

 

a) La estructura nos ayuda a visualizar el camino del relato.

 

b) Este tipo de estructura se denomina quiasmo.

 

(1) Se refiere a la letra griega “ji” y que es parecida en su forma a una “X” en español.

 

(2) La equis tiene cuatro puntos que se intersecan constituyendo pares de puntos opuestos:

 

(3) La letra A sería un primer enunciado con un contenido relacionado a A´.

 

(4) B sería un segundo enunciado relacionado con B´.

 

(5) El relato iniciaría con el enunciado A y seguiría en orden lógico con el enunciado B, pero luego se invierte el orden lógico.

 

(6) Según el pensamiento occidental el tercer punto sería C y luego D, y le seguiría E, F, G, H, etc.

 

(7) Pero en el pensamiento hebreo y en la retórica griega el proceso no sigue el mismo orden occidental. Al contrario, luego de B sigue B´ (la comilla al lado de la b se lee como B prima) y cierra con A´. Esta es una forma distinta de pensar a la nuestra y requiere tiempo para comprenderla y acostumbrarse, pero también requiere una gran disciplina de análisis para identificarla y probarla.

 

(8) Existen estructuras quiásmicas de muchas más variables 10 o hasta 20 que van desde la A hasta la I y de la I´ hasta regresar a la A´.

 

 

II. Análisis vertical.

 

1. Definición

 

A. Se trata del estudio de los contextos en donde los relatos se ubican en cada evangelio. Es el lugar en donde lo ubica cada uno de los evangelistas y su significación en el programa de cada cual. Este estudio tiene como fin identificar la estructura redaccional de cada evangelio.

 

a) El contexto literario.

 

2. Especificaciones de los pasos del análisis horizontal.

 

A. Este análisis de los textos dentro de su contexto literario más cercano y se extiende hasta un punto en donde se pueda deslindar algún tipo de vínculo literario.

 

B. Las Biblias usualmente separan los relatos o discursos por medio de subtítulos, estos nos pueden ayudar a establecer los límites que buscamos (pp.90 ss).

 

b. ¿Qué aprendió sobre el poseso de Gerasa en este estudio?

 

“El poseso de Gerasa” se propone, por lo menos en Marcos, narrarnos el nacimiento del Ser Humano Nuevo que surge como producto de la lucha cósmica entre el poder del Dios Altísimo y las de los demonios (p.129).

 

Cada uno de los tres relatos tiene características particulares. Lo primero que se observa es el mayor desarrollo de Marcos, el más breve y con mayores diferencias frente a los otros dos es el de Mateo. Lucas sigue con algunas diferencias a Marcos (p.90).

 

También es sugerente que en tres ocasiones, Mateo utilice la expresión ¡Mirad! 8,29, 32, 34. Se trata de una expresión idiomática, no necesariamente de una forma verbal, aunque es un verbo: una llamada de atención hacia una experiencia visionaria, una expresión de asombro, una llamada de atención sobre algo especial que acontece o quiere ser subrayado, una expresión que busca considerar algo con cuidado (p.99).

 

Esta pequeña muestra de los usos de la expresión ¡Mirad! indica los usos que tiene en Mateo. Es importante ver que se trata de expresar asombro con ella y en varias de las menciones se trata de un asombro frente a una experiencia extática: aparición de ángeles o apertura de los cielos o una voz que venía de los cielos. También se observa su uso frente a situaciones inusitadas como el esfuerzo de un grupo por traer hasta Jesús a una persona paralítica tirada en una camilla y la reacción, también asombrosa de los escribas que reaccionan negativamente ante los actos y palabras de Jesús (9.2-3). Así mismo, causa un tremendo asombro el hecho de que Jesús acepte compartir la mesa con publicanos y pecadores. Por eso es necesario subrayar su uso en el relato de los endemoniados de Mateo. Tal expresión no es usada ni por Marcos ni por Lucas en ese relato (p.100).

 

La estructura [de Mateo] es semejante a la de Marcos, pues pone el acento en el diálogo de Jesús con los demonios y en su transferencia hacia los cerdos que terminan “arremetiendo” contra el risco y ahogándose en las aguas (p.100).

 

El tercer relato es el de Lucas que es el más próximo a la narración de Marcos (p.101).

 

Si partimos de la Teoría de las dos fuentes, aquí Marcos juega el papel principal como fuente tanto de Mateo como de Lucas. Tomando este punto de partida, la comparación de los relatos, se establece primero en relación con Marcos. Por consiguiente, tanto Mateo como Lucas hacen diferentes arreglos al texto de Marcos. Lucas cambia el verbo “venir” por el verbo “navegar” que solo es usado aquí en todo el Nuevo Testamento. Acentúa también la relación de oposición geográfico-cultural que Marcos no señala con la expresión “opuesta a Galilea”. Lucas indica con tal expresión la existencia de dos mundos opuestos por las características culturales diferentes. Mejora también la estructura gramatical de Marcos con la frase “y salió a tierra” que corrige el griego de Marcos (p.105).

 

Mateo a diferencia de Marcos y Lucas, resume y puntualiza, elimina la barca y el desembarco, además de cambiar el término “gerasenos” por “gadarenos”. La identificación geográfica es difícil por la variedad de variantes textuales y por la relación de los componentes topográficos del relato: mar, monte, localidad. La evidencia arqueológica no aporta demasiado a la discusión y, por lo tanto, debe interpretarse el nombre “Gadara”, aldea o ciudad que dista a unos 10 Kms del mar como una zona más verosímil que Gerasa (casi 50 Kms). No obstante, sea cual sea de las dos, deben valorarse en relación con la palabra “región”, de modo que prima la cuestión del renombre de la localidad más que la claridad histórica (p.105).

 

 

Lucas organiza parte de la descripción marcana en dos tramos de modo que no se afecta la narración. Es importante destacar que Lucas usa partículas que hilan la narración de una forma fuerte y articulada, por eso, en lugar del “y” marcano, utiliza “pues” que muestra un mejor uso del griego y que permite, a quien lee o escucha, identificar la causalidad de lo anterior con lo que sigue: “Pues ordenó al espíritu impuro salir de el hombre. Pues por mucho tiempo se había apoderado con violencia de él” (p.106).

 

La definición de secuencias nos permite ver que el relato de Marcos tiene una estructura diferente (…) queda claro por el contexto que no se trata de un “encuentro” sino de una lucha, o de hacer oposición bélica (p.107).

 

De nuevo el relato de Marcos es mucho más desarrollado, contiene más colorido, más datos. Lucas y Mateo reaccionan de igual forma: resumen, señalan lo que consideran fundamental. En especial Mateo reduce con mucho el material de Marcos (…). Marcos pone en boca del hombre la frase “Hijo del Dios altísimo”, Lucas lo sigue, Mateo lo resume: “Hijo de Dios”. Este título que forma parte de la confesión cristiana hoy y que identifica a Jesús como parte de la Trinidad, tiene un sentido muy diferente en este contexto (p.108).

 

La discusión formal del título [Hijo de Dios] ha sido bastante fuerte en cuanto a la tradición de la que proviene (p.109).

 

Así, tenemos que aceptar [según es el criterio del autor al referirse en su totalidad al uso del título] que la experiencia temprana de las comunidades representadas en los evangelios y en las cartas paulinas no entendió el título “Hijo de Dios” con el sentido que le damos hoy: de una misma sustancia que el Padre. Sino como [también lo aclara Juan Pablo II en 1983] una persona justa, dedicada a Dios por lo que se daba una íntima relación con Él (p.110).

 

Queda acentuada, por la perspectiva de Mateo [refiriéndose el autor a Mateo 12:18; Mateo 17:5; Lucas 12:32], la relacionalidad del título “Hijo de Dios” (…) y a pesar de la tradición cristiana posterior, este título no refleja el contenido del credo [según indica el autor], sino la experiencia concreta de la persona justa, de la persona sabia, que se constituye en ideal del pueblo judío (p.111).

 

El tema del ruego aparece en los tres, no obstante, cada uno con características diferentes. En Marcos, parece que los demonios están arraigados en la región y eso es lo que piden: permanecer allí. En Lucas, la situación es diferente, ellos no quieren regresar al abismo que dentro de la imaginación judía está vinculado desde Génesis 2 con las aguas caóticas de la creación. Mateo no explica por qué solicitan entrar en los cerdos (p.111).

 

La presencia de los cerdos señala la condición no judía de la región. Los cerdos son animales impuros y no era parte de la cultura judía criarlos. Tal vez la dimensión de impureza, tanto de los espíritus como de los cerdos es la que prima para que se unan en este dramático final (p.111).

 

 

En Lucas aparece la palabra “abismo” que nos refiere al lugar de los muertos o la prisión en donde quedarían encarcelados Satanás y todos sus demonios. Así lo indica Fitzmyer y agrega una explicación que nos parece apropiada al pensamiento de la época. “En los LXX, abyssos es la traducción más frecuente del hebreo tehom, que, en la cosmología del AT, designa “las aguas primordiales” o las aguas bajo la superficie de la tierra, símbolo del caos originario sometido por el creador. Conscientes de que su verdadero destino es “el Abismo”, los demonios suplican al taumaturgo que todavía no los envíe a ese lugar. Entre tanto, según la demonología de la época, los demonios deberán andar errantes, vagando de un lugar a otro y tratando de encontrar morada en los desiertos, entre los sepulcros o incluso en personas psíquicamente perturbadas. Por eso se resisten violentamente a ser expulsados, y cuando lo son, buscan afanosamente volver a una casa bien arreglada (Lc 11.24-26). Aquí llegan incluso a suplicar a Jesús que les permita entrar en los cerdos, animales impuros en los que no tendrán obstáculo para establecer su morada”. (Vol III, 33) (pp.111-112)

 

La escena tiene componentes parecidos en los tres evangelios: huida de los cuidadores, anuncio de lo sucedido (Marcos y Lucas), venida de los vecinos para ver, descripción del exposeso (Marcos y Lucas), y súplica para que Jesús se vaya de la región. Marcos y Lucas de nuevo aparecen como relatos cercanos mientras Mateo resume al máximo el material. En este punto podemos sospechar si en realidad Mateo toma de Marcos este relato o si se trata de una tradición diferente (p.112).

Referencias bibliográficas

 

Juan Pablo II (1983). Jesús. Hijo de Dios. Descargado el 30 de         mayo de 2011 de la Web de Catholic.net:       http://es.catholic.net/cristologiatodoacercadejesus/547/1288/articulo.php?id=12641

 

Mena, Francisco. (2004). Estudio con textos sinópticos (pp.88-130). CR:      

          Convenio UNA-UNED.

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