CRÍTICA TEOLÓGICA PERSONAL
RESPECTO A DOMINUS IESUS
Es común identificar la apertura del pluralismo religioso principalmente a partir del Concilio Vaticano II, que propició, no solamente la apertura de nuevas reflexiones teológicas, sino también la apertura para el diálogo ecuménico ante las diferentes tradiciones religiosas. De ahí emerge la práctica del diálogo interreligioso. Había sido ya afirmada gradualmente desde finales de los años cincuenta del s. XX, pero solamente después ha cobrado una importancia fundamental para la conciencia cristiana. Precisamente porque sus presentaciones son muy diversas es que no sería justo querer igualar en un mismo sistema todas las posiciones teológicas que se vinculan a la teología del pluralismo religioso; dentro de la cual también se difunde cada vez más el llamado relativismo (Ratzinger,Joseph, s.f.).
En el actual debate de la Teología del Pluralismo, después de la Dominus Iesus (2005), Teixeira, citado por Panasiewic, constata que “la teología de las religiones constituye un campo nuevo de estudio y su estatuto epistemológico va siendo definido progresivamente” . Lo que evidencia que aún dentro de los mismos sectores que la defienden, promueven, refutan; también son en ocasiones utilizadas sin distinción (incluso dentro del mismo pueblo cristiano y no cristiano) para nombrar ciertas teologías, comportamientos, ideologías. Con ello se utilizan en ocasiones como sinónimas o intercambiables las palabras pluralismo, ecumenismo, interreligioso, teología de las religiones, relativismo; y con ellas, se vinculan las prácticas a favor o en contra de los postulados y tendencias que se defienden o adoptan a su alrededor.
El término Declaración significa que el Documento no enseña doctrinas nuevas, resultado del desarrollo y de la explicitación de la fe, sino que reafirma y reasume la doctrina de la fe católica definida o enseñada en Documentos del Magisterio de la Iglesia precedentes, indicando su recta interpretación, de cara a errores o ambigüedades doctrinales difundidas en el ambiente teológico y eclesial hodiernos [al día de hoy]. Como se recuerda explícitamente en la Introducción, el Documento no pretende tratar de modo orgánico y sistemático toda la problemática relacionada a los temas cristológicos y eclesiológicos expuestos; no sustituye, por lo tanto, la tarea de la teología ni tiene la intención de reprimir el esfuerzo de los teólogos de dar respuesta a cuestiones hasta ahora en buena parte inexploradas (Tarcisio Bertone, (Mons.) (s.f.)).
A pesar que el texto reafirma las doctrinas que son en sustancia de la identidad religiosa de la fe católica y muchas también del mismo cristianismo, la Declaracion generó molestias en determinados sectores, grupos e iglesias. Entre las doctrinas en mención están:
En primer lugar, en la afirmación de la unicidad y universalidad de la mediación salvífica de Jesucristo. Que Cristo es el único Salvador, y que lo es para todos los hombres, es una verdad que está en la base misma del cristianismo desde sus orígenes: en la predicación de Jesús y en la de los Apóstoles. Desde entonces, esta firme convicción se encuentra en toda la tradición patrística, en la fe del pueblo de Dios y en el magisterio de la Iglesia de todos los tiempos. Lo mismo se puede decir respecto a los otros dos grandes temas: que la Iglesia fundada por Cristo subsiste plenamente sólo en la Iglesia católica, mientras que más allá de sus confines visibles se pueden hallar algunos elementos de santificación y de verdad propios de la misma Iglesia; y, en fin, que la salvación de toda persona humana proviene de Cristo por el Espíritu Santo y a través de la Iglesia: una mediación salvífica de la Iglesia que, en el caso de los no cristianos, se realiza por vías que no conocemos. Todo esto se encuentra ya en el Vaticano II y, por lo que se refiere a los no cristianos, también y de modo muy claro y profundo en la encíclica Redemptoris missio (Ocáriz, 2000).
Vigil (En el actual debate de la Teología del Pluralismo (2005) expresa como llamado de atención que:
El tono, el lenguaje, la posición adoptada por la DI es tal, que resulta imposible el diálogo teológico. El ambiente general –ya referido- que la reflexión teológica vive en el seno de la Iglesia católica, completa el cuadro. El resultado es el bloqueo, tanto del diálogo teológico como del diálogo interreligioso y ecuménico.... (...) Es -decía Marcelo Barros a propósito de algunos gestos ecuménicos- como cuando uno se pone a recoger el agua derramada por el suelo, pero deja abierto el grifo que la está derramando...: no son creíbles los gestos y los discursos, cuando las declaraciones teológicas oficiales dicen todo lo contrario y siguen ahí abiertas y sin corregir.
Sin embargo, es importante recordar que las iglesias no sólo hablan a través de la doctrina. El mensaje también llega por medio de signos elocuentes y gestos proféticos, como los gestos a los cuales se han de aludir: la entrega por el papa Pablo VI de su anillo pastoral al arzobispo de Canterbury; el abrazo del mismo papa al patriarca Atenágoras en Jerusalén; la plegaria convocada por el papa Juan Pablo II en Asís junto a los líderes religiosos del mundo; la visita del mismo papa, por primera vez, a la sinagoga de Roma y su proclamación solemne ante los rabinos allí congregados de que “los judíos son nuestros hermanos mayores”; la oración de Juan Pablo II en el muro de las Lamentaciones; la petición de perdón por los pecados cometidos por la Iglesia católica; la apertura de la Puerta del Año Jubilar por el papa, acompañado del primado de la Comunión Anglicana y de un representante del Patriarcado de Constantinopla.” “Puede ocurrir que precisamente pensando en todos esos gestos ecuménicos se haya escrito la Declaración vaticana, para apoyarlos y darles más significado, aunque a primera vista no lo parezca. Quizás, sin dicha Declaración esos gestos ecuménicos pudiesen quedarse en lo superficial o emotivo, incluso llevar a confusión, pues les faltaba el fondo, la profundidad que todo ecumenismo antes o después requiere, una vez que ya se han dado los abrazos” (Royo, 2010).
En el diálogo interreligioso los interlocutores se presentan cada uno el que es, como es, con lo que cree, espera, ama, con su cultura e historia, con sus convicciones, con lo que piensa, siente y hace. Si para poder dialogar cualquiera de los interlocutores tuviera que renunciar previamente a su identidad y a su misión, no habría diálogo auténtico. Y si se diera algo parecido al diálogo sería el intercambio del que es con el que no es, o del que no es con otro que tampoco es. Allí no habría diálogo sino pantomima (Fernández Mora, Hugo (Mons.) ( s.f.).
En todo caso, la Declaración no acaba con la investigación teológica. No dice que lo ha explicado todo, no quiere dar fin al debate. Al contrario: dice que “la teología hoy está invitada a explorar si y cómo otras figuras y elementos positivos de otras religiones entran también en el plano divino de la salvación” (DI 14b).
Referencias bibliografías
El actual debate de la Teología del Pluralismo. Después de la Dominus Iesus (2005). Libros Digiales Koinonía. Volumen 1. Versión 1.01 (25-10-2005).
Ocáriz, Fernando (2000.) (Mons). "Sobre la Declaración Dominus Iesus" .Consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Alfa y Omega. Visitado el 09 de abril de 2012 de la Web http://www.interrogantes.net/Fernando-Ocariz-Sobre-la-Declaracion-Dominus-Iesus-280IX000/menu-id-1.html
Ratzinger, Joseph (s.f.). Contexto y significado de la declaración «Dominus Iesus». Visitado el 08 de abril de 2012 de la Webhttp://multimedios.org/docs/d000544/
Royo Mejía, Alberto (2010). Dominus Iesus: un documento polémico pero, una vez más, acertado. Visitado el 08 de abril de 2012 de la Web http://apostolesdelapalabratamaulipas.blogspot.com/2010/08/dominus-iesus-un-documento-polemico.html
Tarcisio Bertone, (Mons.) (s.f.). Género literario y grado de autoridad de la Declaración «Dominus Iesus». Visitado el 08 de abril de 2012 de la Webhttp://www.mscperu.org/biblioteca/1magisterio/dicasterios/CongrDoctrinaFe/dominusJesus_generoliter.htm
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