PROPUESTA PERSONAL SOBRE LA TAREA DE TEÓLOGOS Y TEÓLOGAS
11 de marzo de 2012
Mas que propuesta personal, quiero hacer eco de lo expuesto por Novoa (s.f.), que en su sección “Misión eclesial y testimonial del teólogo”, bien expone que:
El teólogo realiza una función en la Iglesia necesaria y comprometida para la vivencia y el anuncio del Evangelio; una función "orientada a lograr una comprensión cada vez más profunda de la Palabra de Dios... Ser teólogo es una vocación animada por el Espíritu" (34); el teólogo es miembro del pueblo de Dios, que lleva a cabo su reflexión y su trabajo de investigación, docencia y publicación desde la confesión y el compromiso de la fe; fuera de este ámbito de compromiso creyente, pueden darse otras cosas pero no teología;; el hogar de la reflexión teológica es pues la Iglesia, aunque esto no quiere decir que la teología se limite o confine a asuntos puramente eclesiales: "El teólogo puede integrar en su estudio teológico todos los desvelos humanos: filosóficos, éticos, pedagógicos, sociales, todo lo que pertenece al hombre; pues es siendo teólogo como ha de hacerse un hombre pleno. Pero debe saber que el motor de su vida y su pensamiento como teólogo no puede ser otro más que la Pasión de Jesucristo, el Señor Crucificado... y ha de saberse siempre al servicio de la verdadera Iglesia de Cristo" (35).
La función del teólogo en el pueblo de Dios podemos decir que es una participación en la misión profética que la Iglesia ha recibido de su Señor, según la cual ha de aprender, enseñar y testimoniar la verdad del Evangelio desde la conciencia de estar llamado a prolongar la presencia de Cristo, Profeta y Maestro, a lo largo de la historia: Toda la Iglesia debe ser una Iglesia pensante, discente y en cierto modo docente, pero el teólogo ha recibido una vocación especial para que esta misión pueda llevarse a cabo no simplemente desde un voluntarismo creyente, sino también desde el rigor científico y las exigencias del trabajo intelectual. El teólogo debe enseñar a pensar y madurar la fe críticamente: "propone una inteligencia sanamente crítica de los datos primarios de la Palabra de Dios, así como una actualización que responda a las demandas del mundo cultivado de nuestros días" (36). Pero debe ayudar también a abrir caminos nuevos para el testimonio y el anuncio a través de una fidelidad creativa e inteligente.
En este sentido su función no está orientada tanto a hacer cristianos obedientes y conservadores, sino cristianos críticos, libres y responsables en la confesión y el testimonio de la fe: "La fe pretende entender, de lo contrario queda inmadura; con frecuencia ha parecido que la teoría católica de la educación insistía más en formar cristianos obedientes y practicantes que en desarrollar la capacidad de pensar madura y críticamente la fe de la Iglesia" (37).
La finalidad de la labor del teólogo debe ir orientada siempre hacia la confesión, la práctica y el testimonio de la fe y la caridad; por eso no se puede realizar este trabajo desde el engreimiento o la petulancia de quien todo lo sabe mejor, o de quien se encuentra en una esfera superior, sino desde la humildad y el temor, que son principios de sabiduría divina; desde el reconocimiento de la fragilidad y limitación; desde la sabia conciencia de la propia ignorancia para estar dispuestos a aprender, a cuestionarse e incluso dudar de sus propias seguridades; desde la comunión con los hermanos y la caridad que da sentido y contenido a todos los carismas de la Iglesia: "Sepa el teólogo, que allí donde la verdad del Evangelio le lleve a criticar los errores, sigue siendo corresponsable e intercesor ante los hermanos que critica; pues también él vive sólo del perdón y no de la razón o la mayor sabiduría que tenga" (38).
Texto tomado de:
Novoa Pascual, Laurentino (s.f.). Misión del teólogo en una iglesia-comunión. Visitado el 08 de marzo de 2012 de la Web http://www.pasionistas.org/index.php?option=com_content&view=article&id=88:mision-del-teologo-en-una-iglesia-comunion-&catid=4:laurentino&Itemid=11