SÍNTESIS
EL ACTUAL DEBATE DE LA TEOLOGÍA DEL PLURALISMO
DESPUÉS DE LA DOMINUS IESUS
I. Pedro Casaldáliga
Dios en sí es plural en sus revelaciones y pluralmente debe ser encontrado y amado. No hay alternativa: o el diálogo inter-religioso o el choque de las religiones. Se podrá condenar «la dictadura del relativismo», pero hay que cultivar la relativización de las fórmulas y de las tradiciones, para no caer en «la dictadura del dogmatismo».
II. Marcelo Barros
Debe confrontarse el documento con la experiencia pastoral y las intuiciones teológicas de estos años en América Latina. Revisar su «recepción» en los ambientes de teología y pastoral en la Iglesia Católica y en otras Iglesias. El Papa y las Conferencias episcopales manifestaron públicamente que continuarían desarrollando actividades ecuménicas e inter-religiosas. El documento distingue el plano teológico y el doctrinal (dice mantenerse en este último). Se habla de la revelación divina como perfecta en el cristianismo y completada con la muerte del último apóstol. A partir de esta visión, sólo se puede tener como consecuencia el absolutismo. Se toma la interpretación cerrada del entonces cardenal Ratzinger sobre el «subsistit in» donde se aplica a la Iglesia el mismo sentido técnico de hypóstasis que la cristología tradicional consagró al hablar de las naturalezas de Cristo en una sola persona. Al añadirse un «sólo» para interpretar el subsistit in como un simple es e insistir en el solamente, tiene como consecuencia concreta la afirmación de que las Iglesias evangélicas no serían propiamente Iglesias en sentido pleno.
III. Leonardo Boff
Subsistit in no es sinónimo de est. Est remite a una visión esencialista, substancialista y de identificación, y pide una definición esencial de la Iglesia. El subsistit in apunta hacia una visión concreta y empírica, en el sentido concreto del nº 8 de la Lumen Gentium. El retroceso del card. J. Ratzinger al pre-Vaticano II consiste en la identificación entre Iglesia de Cristo e Iglesia católica tan exclusiva que fuera de ella no hay Iglesia, solamente «elementos de Iglesia». Entre los peligros de la interpretación del card. J. Ratzinger está utilizar el subsistit in para cerrar el ecumenismo católico abierto, reafirmar la identificación exclusiva de la Iglesia católica romana con la Iglesia de Cristo, y hacer así volver a aquello que el Concilio quiso superar: al est, a la identificación pura y simple, sin distinción.
IV. José Comblin
El Magisterio estaría atento sobre la teología de las religiones y el diálogo de los católicos con las otras religiones. Un nuevo peligro amenaza la ortodoxia católica: el relativismo teológico. Lla Declaración reafirmaba con vigor la doctrina ortodoxa tradicional sobre la unicidad y universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia. La Declaración no acaba con la investigación teológica. No dice que lo ha explicado todo, no quiere dar fin al debate. Por un lado es preciso afirmar con fuerza la unicidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia, por otro lado, desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia acepta que hay diversos niveles de pertenencia a Jesucristo y a la Iglesia. Por este lado hay espacio para mucho estudio y mucha reflexión teológica. Es la famosa distinción entre el Jesús de la historia y el Cristo de la fe. Hay evidente distancia entre las afirmaciones del Nuevo Testamento y las definiciones de los concilios. En las definiciones entran elementos culturales. Quien está en una determinada cultura no se da cuenta de que su cultura piensa por medio de él. Para él todo es evidente. La Dominus Iesus quiere situar la doctrina cristiana más allá de cualquier relativismo, de forma que fuera totalmente independiente de la historia. Esta preocupación tiene la ventaja en tranquilizar a los creyentes. Sin embargo, en Jesús, Dios quiso entrar en la historia, y con ello quiso someterse a todas las dependencias de la historia. Jesús situó a Dios en un punto determinado de la historia y del mundo. Al presentar el mensaje cristiano es mejor partir de los actos de Jesús, no de ideas, conceptos o palabras, sino de la vida concreta de Jesús (aquello que él hizo o dijo). Hay doctrinas que valen para nosotros, pero no es necesario que sean comunicadas inmediatamente a otros. Cuando se trata de presentar el cristianismo es importante estudiar el camino a seguir. El diálogo verdadero y con resultados históricos se realiza a nivel popular, resulta del encuentro y de la convivencia entre personas de diversas religiones.
V. Benedito Ferraro
Ante el Jesús de la historia y el Cristo de la Fe, el mensaje de Jesús no es cristocéntrico, sino teocéntrico. Jesús no se predica a sí mismo. Predica el Reino de Dios y el Dios del Reino, y el Padre es su referente último, siempre como el misterio último. Relación siempre tensionante entre el Jesús de la historia y el Cristo de la Fe. Revelación de Dios en Jesucristo es una visión antropomórfica, cuando se habla de Dios o de Jesús, se habla siempre a partir de hombres y mujeres socialmente determinados. En este sentido, toda religión y toda teología están siempre situadas en una sociedad concreta. En la yuxtaposición de lenguajes, Dominus Iesus alterna dos tipos de lenguaje: uno dogmático, con coloración metafísica y ontológica y otro simbólico, con imágenes sacadas del Nuevo Testamento. Las cuestiones teológicas quedan objeto de libre debate, y se afirma una apertura para continuar buscando respuestas a cuestiones fundamentales para la vivencia de la fe cristiana en un mundo plural. La cooperación matizada en la Dominus Iesus apunta a la necesidad de una investigación teológica y se indica que la única mediación del Redentor no excluye la posibilidad de una matizada cooperación entre las criaturas. El diálogo es fundamental.
VI. Wayra Suyay: Roberto Enrique González, y Atipa: Ernesto Hugo Días,
Atenta contra el proceso de ir reconstituyéndose como pueblos originarios. La estrategia de diálogo en sus pueblos es la «resignificación», como manera de darle un nuevo sentido a algo de su cultura o espiritualidad, sin perder su esencia. Se pide respeto por sus pueblos, sus tradiciones, sus manifestaciones de fe. Así como el pueblo hebreo tuvo sus manifestaciones de fe, sus éxodos, su tradición oral... del mismo modo sus pueblos fueron construyendo su cultura y su manera propia de descubrir la presencia divina en su medio. El Jilata-Wayq ́e (Hermano) Jesús es parte de su vida originaria. No se puede negar la presencia revelada del Jesús encarnado en los pueblos indígenas. El Cristo cósmico, asume también la presencia de las divinidades en las culturas y religiones. Dios Padre y Madre estuvieron desde siempre en sus raíces originarias. En su vivencia espiritual, en sus relatos, descubren al Dios de la Vida, Padre y Madre. Ellos se manifiestan en sus rituales, como en la veneración a la Madre tierra Pachamama, y en todos sus ritos.
VII. Paul F. Knitter
Según la «hermenéutica de la recepción», a veces, el significado de un texto o acontecimiento puede ser determinado tanto por el contenido de su mensaje como por la forma en que ha sido acogido. El «mensaje» puede ser en alguna forma la «recepción». McBrien apuntó que la DI afirma el reconocimiento postconciliar de que la salvación no está limitada a los cristianos, y que el Espíritu está vivo, y muy vivo, en otras iglesias y religiones. McBrien cree que el Cardenal Ratzinger ha reaccionado desproporcionadamente a unos pocos teólogos católicos disidentes. Sugiere que a causa de esos teólogos, Ratzinger ha declarado que toda la canasta de la teología católica de las religiones estaba contaminada. Y parece que esas manzanas podridas están proliferando sobre todo en Asia.
Tal cuestionamiento de la unicidad de Jesús no está limitado a las personas laicas ni a los teólogos disidentes, ya fue indicado en el Sínodo de los obispos de Asia. La cuestión de cómo entender el papel salvador de Jesús en un mundo de muchas otras religiones es real, y se da a muchos niveles en la Iglesia católica. Las respuestas que los «teólogos innovadores» están ofreciendo, McBrien simplifica exageradamente, hasta el punto de que malentiende a la mayor parte de ellos cuando afirma que «niegan la unicidad de Jesucristo como el redentor único». El autor afirma arriesgarse el mismo a simplificar demasiado, y señala que tales teólogos no están cuestionando que Jesús sea único; lo que están haciendo es preguntarse cómo lo es. Pero, efectivamente, se preguntan si Jesús es el único tal salvador. De manera que esos innovadores teólogos –llamados pluralistas- de Asia y de América estarían de acuerdo con McBrien cuando al final de su columna afirma: «La necesidad ha venido a ser ahora –incluso con más urgencia- ‘descubrir’ a Cristo también dentro de otras religiones y en la entera familia humana, y, de alguna manera, proclamarlo ahí». Sólo que ellos están igualmente dispuestos a permitir e incluso ayudar a los budistas a descubrir a Buda dentro del cristianismo. Es precisamente este tipo de diálogo, en el que los cristianos están a la vez descubriendo a Cristo en otras religiones y a Buda (u otros reveladores o verdades) dentro del cristianismo.
VIII. Roberlei Panasiewicz
La intención de la Declaración es señalar a los católicos la identidad y los caminos de la Iglesia católica. Contiene algunos temas teológicamente polémicos y controvertidos que traspasan la Dominus Iesus. El término subsistit in. Las comunidades eclesiales, episcopado y misterio eucarístico, ya que excluye de ser Iglesias a varias comunidades que se consideran iglesias cristianas, pues esas comunidades ‘no conservan un válido episcopado y la genuina e íntegra sustancia del misterio eucarístico’. El pluralismo religioso de principio y relativismo, donde la comprensión más abierta que algunos teólogos han hecho del pluralismo religioso actual, es analizada por la Declaración de forma negativa. Pensar el pluralismo religioso como de principio o de derecho no es relativizar la fe cristiana, sino que es pensar la pluralidad religiosa de forma positiva. Pensar en el pluralismo religioso como pluralismo de principio es realizar una opción teológica en el sentido de valorar las tradiciones religiosas pertenecientes al designio misterioso de Dios. Es preciso pensar en un cristianismo que sea policéntrico y polifónico para que sea fiel a sus orígenes y continúe estimulando y provocando el diálogo y la vida en el mundo contemporáneo. Policéntrico, debido a las variadas realidades culturales y, al mismo tiempo, polifónico, para que esas mismas realidades expresen su forma de comprender y vivir la fe cristiana.
IX. Pablo Richard
Contexto europeo y romano de la Dominus Iesus más cerca del Concilio de Trento (1545-1563) y del Vaticano I (1869-1870) que del Concilio Vaticano II (1962-65). Frente a una Europa que pierde su identidad cristiana, en un proceso acelerado de secularización y ruptura con la Iglesia Católica, era necesario re-afirmar el carácter único y absoluto de Jesús y de la Iglesia católica. En el conservadurismo de la declaración Dominus Iesus hay dos fenómenos cristianos, modernos y occidentales, que marcan profundamente la experiencia cristiana actual. El fundamentalismo y su correspondiente Teología de la Prosperidad se afirma preferentemente en el mundo protestante y evangélico. El conservadurismo es propio del mundo católico. La declaración Dominus Iesus y el ecumenismo es evidente una teología que en forma radical y absoluta deslegitima el ecumenismo, activo sobretodo en el Tercer Mundo. El ecumenismo tiene como objetivo unir la fuerza ética y espiritual de las Iglesias en la lucha por los Derechos Humanos, por la Paz y la Justicia, desde la opción por los pobres. La declaración Dominus Iesus y el diálogo inter-religioso es el capítulo más ofensivo y peligroso de todo el documento. Hay un gran desprecio por las religiones no cristianas y una demostración de poder sobre ellas.
XI. Alfonso Maria Ligório Soares
La eclesiología en Dominus Iesus, retoma la clásica relación indisoluble entre Iglesia y Reino de Dios. Se vuelve a discutir sobre la afirmación de la necesidad de la Iglesia para la salvación. El punto más delicado y controvertido en la actualidad es la realidad del sincretismo y de la doble pertenencia religiosa, cuando comunidades enteras esparcidas a lo largo del continente viven su cristianismo popular sin abandonar milenarias tradiciones religiosas. La ortodoxia católica continúa dialogando mal con el fenómeno del sincretismo, porque presupone casi siempre la existencia de un cristianismo acabado, definido, prefijado, pretendiendo a partir de él confrontarse con sus versiones imperfectas, mal acabadas o incluso deformadas.
XII. Pablo Suess
La Congregación para la Doctrina de la Fe se dirige a un público interno y enfatiza la unicidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia Católica. Se dan siete afirmaciones en el documento; donde aparecen los contornos de la Iglesia Católica como única Iglesia de Cristo. Tales son: Pluralismo religioso sin legitimidad eclesial; la verdad absoluta y única; la subsistencia de la verdad definitiva de Cristo en la Iglesia Católica; las religiones sin eficacia salvífica; asimetría estructural entre fe teologal y creencias humanas; salvación de los no católicos mediada por la Iglesia y el diálogo inter-religioso como instrumento de la misión ad gentes. Además, se dan en el documento cinco tareas pendientes: (1) Conectividad colonial, rehabilita argumentos y prácticas misioneras de la época colonial. (2) Conectividad contemporánea, donde la Iglesia Católica respeta y aprovecha hoy la legalidad teórica del pluralismo, que es la base de las democracias modernas, sin reconocer su legitimidad concreta. (3) Conectividad terminológica, en la Iglesia Católica subsiste, según la DI, la única Iglesia de Cristo que es mediadora de la salvación de todos los pueblos. Esa afirmación se basa en la Lumen Gentium (8b), donde no se dice que la única Iglesia de Cristo es la Iglesia Católica (identificación), sino que ella «subsiste en la Iglesia Católica». Subsistir, por lo tanto, quiere decir que la Iglesia de Cristo encontró una manera histórica de existir en la Iglesia Católica. (4) Conectividad apostólica, no funciona como un oleoducto que automáticamente garantiza la continuidad histórica entre la Iglesia fundada por Cristo y la Iglesia Católica. (5) Conectividad prospectiva, la DI debe ser leída no como un documento sustitutivo de los textos conciliares, sino dentro del espíritu del Vaticano II, que reconoce en las religiones la experiencia de Dios y el valor salvífico.
XIII. Faustino Teixeira
El encuadramiento del pluralismo religioso, existe un claro temor ante el pluralismo religioso y el riesgo relativizador que puede acompañar el reconocimiento de su positividad. La Declaración establece la distinción entre fe teologal y la creencia en las otras religiones (DI 7). La restricción al ecumenismo; la Declaración se expresa con mucha transparencia a partir del momento en que se presenta la cuestión de la unicidad y unidad de la Iglesia, en particular la interpretación de la expresión «subsistit in» La minoridad de las otras tradiciones religiosas; a la declaración DI le falta una mirada más amplia sobre lo positivo del pluralismo religioso. Es un documento que se limita a reiterar las tesis tradicionales de la Iglesia católico-romana, las cuales hablan de la «necesidad» de la Iglesia para la salvación y de la necesaria «ordenación» de los demás fieles a la misma Iglesia. Particularmente el recelo de descubrir que Dios pueda hablar de diversas formas, en cuanto don de gratuidad.
XIV. José María Vigil
No podemos despreciar a las demás religiones; todas estas posiciones teológicas minusvaloran la validez de las demás religiones, no aprecian debidamente la acción de Dios en los demás pueblos, y en ese sentido no pueden ser afirmaciones teológicamente correctas, porque son incorrectas ética y espiritualmente. No podemos absolutizar nuestra religión; no basta con «no despreciar» a los otros: es necesario también «renunciar a toda conciencia de privilegio». Muchas religiones han tenido por revelada esta predilección de Dios hacia ellas, esa misión en exclusiva. Dominus Iesus: ¿un documento non receptus?; el ‘sentido de los creyentes’ (sensus fidelium) respecto a los otros creyentes religiosos ha sido clarificado, gracias a la declaración de la CDF». Se está extendiendo por el Pueblo de Dios una difusa pero explícita «espiritualidad del pluralismo religioso», incluso en sectores donde ni siquiera hay experiencia concreta de diálogo interreligioso. Todo parece indicar que la DI es un documento hasta el momento «non receptus». Son de agradecer las invitaciones que la DI (3) hace a los teólogos para explorar nuevos caminos, intentar nuevas explicaciones, dar nuevas respuestas.
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