Método Teológico

RESUMEN

MUNDO, CUIDADO Y PRIVACION

EN EL ANALISIS DE LA VIDA EN EL PRIMER HEIDEGGER

Del autor Pablo Redondo Sánchez. Universidad de Salamanca

 

PorWilliam M.J. Calderón Chaves

19 de febrero de 2012

 

 

        Heidegger gira entorno al concepto de  vida (Leben).  El análisis de la vida  que plantea es uno de los  más completos.  Dentro de  una complejidad terminol6gica apreciable,  el curso tiene una gran fuerza expresiva que proporciona múltiples posibilidades de  interpretación.  La vida fáctica es susceptible de  ser  analizada según el  esquema de  tres sentidos peculiar de  este  período (sentido de  referencia (Bezugssinn), de ejecuci6n (Vollzugssinn) y de contenido (Gehaltssinn)).  Vida» es una palabra presente constantemente en discursos que van desde la creaci6n literaria hasta la especulaci6n filos6fica, pasando por supuesto por el  empleo cotidiano  en innumerables  expresiones (“hace su vida”,  “lleva una mala vida”, “la vida nos dio”, etc.). Los da desde la  perspectiva de que los innumerables usos del  término han contribuido a minimizar, hasta hacerla desaparecer, la importancia de  preguntar por su sentido. Al ser lo más cercano, aquello con lo que cotidianamente se  tiene contacto, al formar parte de numerosas expresiones más o menos habituales, surge la  sensaci6n de que la  vida es  un fen6meno cuya explicaci6n se puede dar por supuesta, de que es algo que siempre está presente con un sentido que no necesita ser explicitado.

 

       El empleo constante proporciona una cierta comprensi6n de la palabra. Al mismo tiempo, la universalización de la comprensión previa y del uso ha traído consigo también una regionalizaci6n y parcelamiento del significado. La consecuencia de este hecho es  que “vida” queda comprendida, en cada caso, desde unos determinados intereses particulares.

 

        Heidegger entiende la filosofía como interpretación de  la  vida, y tiene por tarea relación, precisamente, con los diversos modos de  comprensión.

 

        La  fenomenología como ciencia originaria no puede aceptar que la vida se  reduzca a un objeto susceptible de  ser  investigado o a algo de  lo que meramente se tenga una comprensión vaga.  Para recuperarse de esta  carencia no lleva a cabo su trabajo reflexionando, estableciendo distancia frente al ámbito en el que se desenvuelve, sino repitiendo, por una parte, el  movimiento de  la  vida y  en la repetición, retomando la vida de  la comprensión inadecuada.  La repetici6n tiene también una referencia implícita a la temporalidad (el futuro de la existencia de cada  uno se forma esencialmente a partir de su pasado). Los contenidos mismos de  lo que ha  tenido lugar en el pasado no son repetibles en el presente. Si lo es,  sin  embargo, el  modo o la  manera en que acontecieron.  Con la alusión ala repetición, Heidegger aprovecha el doble sentido que   puede tener la  palabra.

 

        La investigaci6n filos6fica tiene que procurar que su  acceso al ámbito en el que  se desenvuelve no establezca una distancia con el sujeto.  El momento  crítico  presente en la  fenomenología de Heidegger es el que permite describir la comprensi6n filosófica como distinta -y hasta contraria-a la habitual y cotidiana.

 

        “Vida”  no puede quedar determinada por el sentido de los vocablos con los que se  la  designa sino que, siguiendo la idea del  texto inicial sobre la repetici6n, las categorías gramaticales han de encontrar su origen en el lenguaje que la vida misma tiene.  Heidegger alude al  hecho de  que siempre se  vive “en” algo, “desde” algo, “para” algo, “con” algo, “contra” algo. Este “algo” con el que la vida se relaciona permanentemente de  diversos modos en su  ejecución y ejercicio recibe el nombre de  “mundo”.  En el lenguaje del esquema intencional tríadico mencionado antes, “mundo” es el sentido de  contenido de  la  vida. “Mundo” no tiene que ver con la determinación del espacio en el que la vida se desarrolla, ni con la delimitaci6n de la realidad natural. La  relaci6n entre la vida y el mundo no es la del contenido con el  continente, sino que el segundo es lo que se vive y por lo que la vida se  sostiene.   Al decir que el  mundo es  en lo que se sostiene la vida es difícil evitar la imagen de un recipiente y su contenido correspondiente. Sin embargo, el  mundo también es  lo que se  vive, siendo en este caso el contenido y no el continente. Esta mezcla intencionada de relaciones y funciones obedece al interés de Heidegger en dejar de  lado metáforas como la antes mencionada. La  relaci6n entre vida y mundo tampoco es la que se establece, por ejemplo, entre dos objetos que aun siendo distintos comparten un mismo contexto y se complementan en su uso (el caso de una mesa y una silla).

 

          Heidegger establece que el sentido de  referencia de la vida, a manera en  la que el fenómeno se experiencia, es el cuidar (Sorgen). No es que la  vida sea  Sorge, o se trata de que el cuidado sea  una caracterizaci6n de la vida, sino que es su sentido de referencia.  El cuidado como sentido de referencia, en tanto que “como” intencional, es  el modo en el que la vida establece su relación con el mundo.  El cuidado como sentido de referencia de la  vida, encuentra en la  continuidad otro de sus rasgos relevantes. Heidegger quiere decir con ello que hay una preocupaci6n constante en el trato con las  cosas y con los demás que viene determinada por el mismo modo de ser de la vida en tanto que ejecuci6n continua.

 

        La privaci6n no hay que entenderla como si a la vida le faltase constantemente algo, como si careciese de un sentido general que la soporte. La indigencia se refiere, más bien, a que en los distintos comportamientos vitales hay una tendencia, una referencia permanente hacia algo. En tanto que el campo que tiene para dirigirse intencionalmente esta siempre abierto y lleno de posibilidades, la  vida encuentra continuamente alimento nuevo, se desenvuelve siempre en el “todavía no”, en medio de un impulso intencional continuo.

 

        Mediante la experiencia de la vida fáctica, están siempre despiertos todos los motivos para la comprensi6n hist6rica.

 

        El  paso cualitativamente importante que aporta el  texto del  año  1923 es  que estar despierto aparece como una experiencia fundamental, mejor, como la experiencia fundamental que posibilita el movimiento hermenéutico. Aspectos esenciales de la fenomenología tienen que encontrar su  punto de arranque también en  aquella. De su caracterización y justificación adecuadas depende todo el desarrollo de la hermenéutica.  Una de las  tareas de la hermenéutica, en tanto que tiene que dar satisfacci6n a su vertiente critica, será “detener los prejuicios ocultos e inadecuados” y las  posturas anteriores rebosan de ellos para Heidegger. Los prejuicios tienen como peculiaridad ser persistentes, poseer una gran resistencia que no facilita mantenerlos a distancia.

 

 

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