PRÁCTICAS RELIGIOSAS CRISTIANAS HOY
INTRODUCCIÓN
William M.J. Calderón Chaves
01 de septiembre de 2012
1. ¿Qué son las prácticas religiosas?
Una definición etimológica de las prácticas religiosas refiere a aquella concepción que busca establecer una relación entre el mundo de lo sagrado y lo no-sagrado o secular. El término religión proviene precisamente de la raíz “religare”, que significa restablecer un vínculo o relación estrecha con algo o alguien. Es cuando se trata de tener conciencia de que existe un vínculo original, a la vez que existe la necesidad de reestablecer ese vínculo, de alguna manera perdido, o que requiere cultivarse y renovarse. Por ende, trata de una relación en donde al objeto, la persona o su representación se les asigna un valor sagrado; mismo que puede atribuírsele a un dios, maestro profeta, texto, tradición, credo, icono o imagen, incluso al mismo ser humano en cuanto valor supremo. Se entiende, por consiguiente, que una persona es religiosa cuando cultiva una relación más o menos permanente e intensa con todos aquellos elementos que asumen el carácter de símbolos sagrados. Es decir, el valor y sentido resulta de un revestimiento especial que proviene de la fuerza del Misterio, Transcendencia o Dios. También resulta al tratar de elevar a la dimensión de trascendencia la misma vida del ser humano o cualquier otra realidad, asumida como “totalidad de sentido”, en cuanto recoge y expresa, de modo gratuito, lo más pleno y sublime de la vida (Vega, s.f.).
2. Cuáles son las dimensiones a partir de las cuales puede estudiarse las prácticas religiosas cristianas?
Las prácticas religiosas cristianas comprenden tres dimensiones fundamentales:
Objetiva (Símbolos y ritos): Conjunto de símbolos que evocan la presencia del Misterio. Son asumidos como portadores de sentido para la vida, o simplemente vividos de manera gratuita por medio del cual se busca cultivar la interioridad de forma desinteresada.
Subjetiva (La vivencia interior): Lo religioso se experimenta de forma de vivencia interior y de reproducción creativa o tradicional de la realidad de lo trascendente y misterioso.
Intersubjetiva (Relaciones de comunión de los y las practicantes): Relaciones de comunión entre personas o grupos identificados con una determinada forma de experimentar y expresar la vivencia religiosa. En tal sentido no se distingue de cualquier otra práctica social, corresponde al ámbito relacional.
3. ¿Qué enfoque pueden utilizarse para el estudio de las prácticas religiosas cristianas?
Pueden ser estudiadas desde diversas disciplinas. Al especializarse en el análisis de lo religioso se les denomina “ciencias de la religión” (filosofía, historia, sociología, antropología, psicología. etc.), además de la teología. Cada una aborda las prácticas religiosas desde su especialidad disciplinaria. Se opta por un enfoque interdisciplinario de estudio, por sus múltiples dimensiones y se plantean como aproximaciones, enfoques o perspectivas de análisis. Se distinguen tres aproximaciones fundamentales: la sociológica, la fenomenológica y la hermenéutica.
Enfoque sociológico
Forma de representación que el ser humano realiza del mundo y de sí mismo. Está referida a un elemento sobrenatural o “sobresocial” que puede asumir diversas formas (Dios único/múltiples dioses, mundo de espíritus/demonios, etc). Tal representación supone un determinado trabajo (intelectual o físico) que realiza la mente humana para interpretar y recrear la realidad (no se trata de algo espontáneo o mecánico). Estas construcciones-representaciones siempre se realizan bajo determinadas condiciones sociales, históricas y culturales. Se deben considerar al menos tres aspectos que definen a lo religioso.
Representaciones sociales: Producto cultural (creación simbólica y portadora de determinados valores) y hecho social que responde a las necesidades de reproducción del ser humano como ser cultural y social que requieren explicarse en función de las condiciones materiales y sociales (tecnológicas y sociolaborales). La sociedad forja una cultura con cimientos que hacen referencia a una realidad transcendente y misteriosa. En este enfoque, su objeto de estudio no es el elemento fundante referencial sobrenatural o sobresocial de lo religioso (Dios/dioses, el Misterio o la dimensión espiritual de la vida). Al enfoque sociológico le interesa solamente el elemento fundante en cuanto es portador de una determinada representación o significación social (como producto y condición de la vida social).
Hecho y producto social: Forma de pensar y actuar que posee existencia propia, independientemente de la conciencia y sus manifestaciones individuales y se impone desde afuera –ejerciendo una fuerza coercitiva- a los individuos (Durkheim, 1974:43, citado por Vega, s.f.). El ser humano recibe y hereda una determinada religión ante la cual se asume una actitud más o menos receptiva según se den otros factores (socialización, nivel educativo y el contacto con otras realidades culturales y religiosas). La especificidad de la religión de este enfoque radica en que se comporta como un universo simbólico que hace referencia a un segmento transcendente de la realidad, a diferencia de otros sistemas de significación que no van más allá de la cotidianidad del ser humano (Hill, 1976:320, citado por Vega, s.f.).
Función social: La religión cumple una función pasiva respecto de la realidad social y se limita a reflejar la realidad, legitimarla o justificarla (función “proactiva”) apelando al recurso simbólico de lo sagrado como expresión o manifestación de los rasgos propios de un determinado orden social, político o cultural (Escuela de pensamiento marxista). O bien, cumple una función activa o creadora de la realidad (Baum, 1980, citado por Vega, s.f.) y no se limita a ser un reflejo pasivo de la misma sino se comporta como un agente dinámico y constitutivo de la realidad (función “reactiva”) (Escuela de pensamiento de la sociología clásica).
Las prácticas religiosas, según el enfoque sociológico se pueden circunscribir a cuatro ámbitos:
Las significaciones religiosas: Constituye las representaciones que realiza el ser humano que adquieren funciones sociales diferentes, dependiendo del tipo de relaciones sociales predominantes.
Ejemplo de significaciones, tales como en la cultura maya y azteca donde el maíz es central y explica el origen del ser humano y está ligado al ciclo de la naturaleza; la lluvia, fuente de vida; la luna ligada a la fertilidad.
Ejemplo de funciones sociales, tales como en la sociedad feudal se cumple una función legitimadora de las relaciones de explotación entre el señor feudal y sus siervos; en la sociedad capitalista, más secularizada, se refiere a la ética laboral; en la sociedad moderna la religión deja de ser la visión central y se utiliza el discurso científico como explicación de la realidad, sin dejar de revestirse como paradigma de interpretación con pretensiones a constituirse en central y definitivo.
Expresiones religiosas: Conjunto de prácticas simbólicas (culto, ritos, sacramentos); donde el aspecto afectivo es central, ya que la función principal del símbolo no es la transmisión de un saber sino la afirmación de un sentido. Tiene como característica fundamental la autoimplicación (cuando se fuerza a participar en ciertas expresiones colectivas (religiosas o seculares) a costa del sentido.
Ética: La manera correcta de actuar de acuerdo a lo que se concibe como bueno y malo; matrices axiológicas.
Organización: Conjunto estructurado de actores que cumplen un papel religioso específico y una base material y organizativa que permite el funcionamiento de los sistemas religiosos. Los sistemas religiosos no definen sus formas de organización de manera autónoma.
Enfoque fenomenológico
Estudia el fenómeno religioso tal y como se presenta en sus múltiples manifestaciones. Busca describirlas, clasificarlas y compararlas; captar la estructura e interpretarlo permitiendo mostrar la significación de esta estructura. Se detiene en la singularidad o especialidad propia del fenómeno religioso y desde ahí entrar en diálogo y contribuir con otras disciplinas que correlacionan el hecho religioso con lo social, histórico, psíquico, etc. Reconoce rasgos que son comunes a las diversas expresiones o manifestaciones religiosas. (Velazco, 1987:77-80; Velazco, 1987:302ss; Duarte, 1995:15-16, citados por Vega, s.f.). Estos rasgos son los siguientes:
El ámbito de lo sagrado: Tales como personas, cosas y acontecimientos (cómo se vive individual y colectivamente en la profundidad de la experiencia).
Las metáforas del Misterio: Percibido como tal por referencia a la realidad que se designa simbólicamente con el nombre de Dios o a la realidad última, superior y absoluta que afecta de manera profunda, total y definitiva al sujeto (cómo se expresa la experiencia en términos simbólicos)
La actitud religiosa: Cómo se posiciona y se reconoce el sujeto frente al Misterio, cómo se percibe y se busca la salvación.
Las mediaciones del misterio: La sacralidad y la hierofonía (donde está y qué es sagrado).
Enfoque hermenéutico:
Se puede dar desde un acercamiento fenomenológico.
Sin embargo, a su vez, se opta por un acercamiento interdisciplinario que integra el análisis histórico, psicológico, etnológico y psicológico. Fundamentalmente se interesa por la dimensión simbólica, que es el vehículo de lo sagrado; el medio que permite al ser humano captar y comunicar lo sagrado. Las realidades ordinarias de la vida cotidiana al revestirse de lo sagrado se transforman, adquieren una nueva significación. Los objetos y realidades así revestidas se revalorizan y aparecen como mediaciones de lo sagrado. A ello lo llama Eliade las “hierofanías” o manifestaciones de lo sagrado. Constituyen el objeto por excelencia de estudio de lo religioso (Vega, s.f.)